En este artículo te ofrecemos 5 consejos para grabar guitarras eléctricas con los que podrás afrontar cualquier grabación con garantías para conseguir unos resultados profesionales.
5 consejos para grabar guitarras eléctricas: una guía práctica para conseguir que tus guitarras suenen bien en tus producciones musicales.
Si bien todos los instrumentos tienen sus particularidades, el hecho de que los sonidos de la guitarra varíen tanto según el tipo de instrumento (cuerpo sólido, semi hollow, etc.), el ejecutante y su estilo, el género musical, el tipo de amplificador (transistores, válvulas, de emulación, etc.) y las técnicas de grabación empleadas (línea, DI, amplificador, etc.), convierte a la guitarra en un instrumento desafiante y, al mismo tiempo, muy atractivo a la hora de grabar.
Las amplias variables mencionadas, sumadas a las múltiples posibilidades creativas que nos ofrece este popular e icónico instrumento, hacen que grabar guitarras eléctricas sea un reto muy estimulante. Para que puedas disfrutar de este proceso y logres conseguir los resultados deseados, te vamos a ofrecer 5 tips fundamentales que debes tener en cuenta en el momento de enfrentarte a la grabación de guitarras.
1 – Las condiciones de la guitarra
Como primera regla, algo muy básico y, a la vez, sumamente importante: asegúrate de que el instrumento esté en las mejores condiciones posibles. El estado del instrumento es una cuestión de vital importancia cuando se trata de grabar guitarras eléctricas. Por este motivo, debes comprobar que el conector Jack de la guitarra no genere ruidos. Por ejemplo, si el conector está dañado, o simplemente sucio, esto podría generar ruidos de mala conexión, «chasquidos» molestos que impedirían llevar a cabo cualquier proceso de grabación. Lo mismo podría suceder con los knobs de control de volumen y tono. Existen aerosoles y aceites que te permiten mantener en condiciones la electrónica del instrumento.
Ni hablar de grabar con cuerdas viejas, o en mal estado, ya que esto repercutirá directamente en la calidad del timbre y el tono del instrumento, algo que no podremos remediar con ningún dispositivo o proceso posterior.
2 – La afinación del instrumento
Relacionado con el último punto del Tip anterior, tenemos el tema de la afinación. En esta cuestión, está también relacionada directamente con las condiciones de las cuerdas. En primer lugar, debemos procurar tener un encordado nuevo para el día de la grabación, de esta manera, explotaremos al máximo todas las cualidades tonales del instrumento.
Es muy recomendable verificar la afinación del instrumento antes de cada toma para no encontrarnos con sorpresas.
En segundo lugar, hay que saber que no se puede cambiar el encordado el mismo día de la grabación, ni siquiera el día de antes, ya que las cuerdas necesitan un tiempo para estabilizarse. Si no hiciéramos el cambio con la suficiente antelación, nos pasaríamos toda la sesión de grabación afinando el instrumento, algo que, tanto en estudio como en directo, resulta muy frustrante. Es una buena costumbre dejar el instrumento afuera de su estuche, en el lugar dónde se vaya a grabar (cabina o control) un buen rato antes para que las cuerdas se puedan aclimatar a la temperatura del entorno.
Aún teniendo todo lo anterior controlado, seguirá siendo recomendable verificar la afinación del instrumento antes de cada toma para no encontrarnos con sorpresas desagradables durante la fase de edición o mezcla. Lo ideal es utilizar un afinador con toma audio «thru» y dejarlo conectado en todo momento.
3 – Los efectos y procesadores de guitarra
Ya adestrándonos más en la etapa de grabación, nos encontramos con un tema un poco más delicado. ¿Es recomendable usar pedales de efectos de guitarra durante la grabación? ¿Podemos grabar la señal de guitarra procesada? Bien, la respuesta rápida sería: si podemos evitar usar efectos en la grabación, mucho mejor. Lo ideal, lo que «el reglamento establece» es que debemos ponerlos después, en la fase de producción. La razón es muy sencilla, si dejamos los efectos para la fase de producción, tendremos una señal limpia que podremos trabajar a nuestro antojo, sin ataduras de ningún tipo, algo que nos dará una gran libertad de trabajo. Hay que tener en cuenta que, por ejemplo, si grabamos una toma con reverb y luego resulta que esa reverb no es la más adecuada, ya no la podremos quitar.
Poner un efecto virtual desde la DAW para que el guitarrista pueda tocar con su efecto sin que esto afecte para nada a la señal que se está grabando puede ser una muy buena opción.
No obstante, en ocasiones, el hecho de que el músico no pueda grabar con ese efecto con el que está acostumbrado, puede hacer que su interpretación se vea perjudicada, que no sea capaz de expresarse de la misma manera al tocar sin un determinado efecto. En estos casos, que suelen ser habituales, podemos plantearnos la posibilidad de que el músico grabe, por ejemplo, con su pedal de delay habitual, siempre y cuando comprobemos que el guitarrista tiene muy controlado su sonido y su forma de tocar.
Así mismo, también se puede gestionar este tema de una forma algo más ecuánime, tanto para el guitarrista como para el técnico/productor. Esta solución consiste en ponerle un efecto virtual desde la DAW para que el guitarrista pueda tocar con su efecto sin que esto afecte para nada a la señal que se está grabando.
4 – ¿Grabación directa o con amplificador?
En cierta forma, este punto también mantiene una relación con el anterior, en el sentido de que el amplificador nos entregará una señal con un determinado color, tono, saturación, características que no podremos modificar, al menos no de forma sustancial, en etapas posteriores. Si tenemos claro que ese sonido a válvulas, o ese tono «british» de un solid state es el que queremos para nuestra producción, pues adelante.
Ahora bien, si aún no tenemos definido el carácter de nuestra producción, entonces será mejor hacer una toma de línea directa, grabar un sonido lo más neutro posible –debemos tener en cuenta que el propio instrumento, la madera, la electrónica, las cuerdas, etc., ya «colorea» el tono de la señal– para, de esta forma, poder disponer de un «lienzo en blanco» que podamos «pintar» según nuestras necesidades técnicas o intenciones artísticas durante la etapa de producción y mezcla.
Nuevamente, puede suceder que el guitarrista necesite grabar tocando con «su sonido». Pues, en este caso, o bien se busca un plugin que le pueda proporcionar una sensación similar a la de su amplificador o, en su caso, se puede hacer una derivación de la señal para que el músico pueda grabar la señal limpia a la vez que escucha la guitarra por su amplificador.
5 – Número de tomas
Ahora ya, sumergidos en el proceso de grabación, vamos a detenernos en el último punto de esta guía. Teniendo controlado todo lo anterior, debemos saber también gestionar las diferentes tomas, en concreto, el número de tomas. Probablemente, habiendo conseguido disponer de las mejores condiciones para grabar, las posibilidades se multiplican enormemente. Esto puede conducirnos a acumular una ingente cantidad de tomas o pistas de guitarra, algo que, posteriormente, puede volverse en nuestra contra.
Disponer de demasiadas tomas aumenta las posibilidades de que el material se vuelva confuso y que requiera, posteriormente, una mayor inversión de tiempo para organizarlo.
Al grabar guitarras eléctricas, así como cualquier otro instrumento, tenemos que hacer una buena planificación previa. Sin adentrarnos en las profundidades de las técnicas de grabación y mezcla, vamos a mencionar el «Comping». De forma muy resumida, esta técnica consiste en grabar varias tomas de audio para, posteriormente, hacer una selección de las partes más valiosas, a fin de montar la mejor versión posible. Si bien dicho así suena muy fácil, esta técnica requiere de una serie de elementos para poder desarrollarla correctamente. Estos elementos son: correcta organización, un número determinado de tomas y un etiquetado claro e intuitivo.
¿Cuántas más tomas pueda grabar, mucho mejor? No necesariamente, es más, puede ser algo perjudicial ya que dificultaría la organización y la gestión del comping. Disponer de demasiadas tomas aumenta las posibilidades de que el material se vuelva confuso y que requiera, posteriormente, una mayor inversión de tiempo para organizarlo.
El número adecuado de pases no es algo fijo y dependerá de la visión particular de cada técnico, no obstante, deberían ser más de 2 y menos de 6 tomas por pista.
Si quieres profundizar más sobre esta técnica habitual en los estudios de grabación, te invitamos a leer este artículo, válido para cualquier instrumento:
Así, hemos llegado al final de esta guía con nuestros «5 consejos para grabar guitarras eléctricas». Esperamos y deseamos que te hayan resultado interesantes y que te puedan ayudar con tus grabaciones. Estaremos encantados de leer tus comentarios al pie de este artículo.
Muy bueno el artículo, enhorabuena
Muchas gracias por tu comentario. Un saludo.
Muy informativo, gracias!